martes, 17 de enero de 2012

La musicalidad poética de Eduardo Arana

Eduardo Arana Segura es uno de esos contados artistas que se manifiestan en diferentes maneras. Actualmente, es conocido en los círculos artísticos por su labor musical: interpreta piezas de guitarra clásica de compositores de estudio (así como piezas propias), con la misma facilidad con la que musicaliza un corto de cine o un poema. 

Estos coqueteos con la musicalización le han permitido acercarse aún más a un género de la literatura que disfrutaba desde su temprana juventud: la poesía. En el camino, ha convivido con importantes poetas, algunos de ellos incluso profesores de la Fundación de Letras Mexicanas, cuyo contacto ha contribuido a construir en Arana su propia concepción y lenguaje poéticos. Ávido lector, hombre de gran sensibilidad, su lenguaje puede definirse en un estilo coloquial, donde la formación de músico es utilizada de manera evidente para lograr la fluidez y el ritmo de las palabras, una cualidad difícil de encontrar inclusive en bardos de gran calidad pero de dureza racional cercana a lo inflexible. Podría decirse que leyendo su poesía, uno puede remitirse a las figuras más variadas que asalten la mente: los rollos poético callejeros de Mario Papasquiaro, tan admirado por él; las alucinaciones de Ítalo Calvino y sus construcciones elegantes, los trazos de Bach, las notas de Brower; y por supuesto, el alma del propio guitarrista trastocada en vocablo. Aquí una muestra de su trabajo en fragmentos de su primer poemario erótico.


Testificación de habitaciones vacías
(fragmentos)
de: Eduardo Arana Segura

Ilustración de Luis Alanís Téllez
 
I
Desperté con tu rubor ficticio,
el aroma tatuado en los labios,
esencia pura de lo exquisito,
presencia de  nuestro encuentro,
me supe humano,
sin culpas, engaños o delitos;
te sé mujer de historias, temores y cólicos,
justificación ante mi ausencia de palabras,
observador dentro del cauce de las dudas,
negado por la historia,
con el peso de dos apellidos que sellan mi estadía.

Reconocí los destinos en una mancha de luz,
tu nombre en los vestigios de la noche,
sinónimo del deseo,
evocación desnuda de tu insomnio,
agitándose en el propio,
líneas que guían al desvelo en el sonido,
refugio de metáforas vacuas,
carentes de sentido.

Hoy despierto abrazando espejismos,
colapsando en el vació de las sábanas,
en un día ajeno al de mañana,
idéntico al de ayer,
envuelto en la ilusión de tus sobresaltos,
oraciones carentes de sentido,
con las manos entrelazadas a un engaño del destino.
Desprendida la luz del tiempo en que deambulo,
percibí el amanecer, un rumor de ansia colectiva;
a solas en el borde de las horas vi nacer al tiempo de las sombras,
caer la soledad en un tumulto de voces sacudiéndose alrededor de nosotros,
de ti sin mi, y de mi sin nadie.


 II
En la espiral de las voces,
incinerados fragmentos de sonido,
sucumbe la memoria en desencanto aciago,
atisbo de sortilegios a un tercio de sombra,
en las saudades de Pessoa,
en la herrumbre de los días.

Cercenando el silencio en maullidos,
reconozco la ruta del exceso,
la planicie de los minutos donde el retorno
sea un arribo puntual de nuestro lenguaje,
idioma concebido en el desvelo de las manos.

Te imaginé en el sopor del tacto,
con la incertidumbre de tu rostro cobijando el mío
en un beso de lejanía anticipada,
te supe entera, sombra de texturas,
aroma y presagio de nostalgia;
recorrí tu distancia,
más allá de un itinerario de partidas o regresos,
nos bautizamos en la salina oscuridad del deseo,
sin promesas, sin falsos sentimientos,
malbaratando dos palabras.

Estrechando la penumbra, despierto a solas,
respiro tu nombre, concibo un espejismo
en las remembranzas que arriban a ciegas,
imagino el sudor de la noche,
tu sabor confinado en las aristas;
petición de adiestrarme en tu cadencia,
melodía sincera del paroxismo,
del mío en el tuyo, del mutuo en el frío,
donde se unen los cansancios.

Me queda un amanecer escindido en agotamiento,
varios kilómetros entre mi respiración y la tuya,
buscando esquinas donde apilar los sueños,
y la piel de la sombra de un rostro,
que me respira en los labios.
 
III
 
En la ligera penumbra de una habitación de hotel,
el susurro de mis nombres
en tus labios halla refugio,
los destellos que se filtran entre las cortinas,
la respiración que poco a poco apremia,
se vuelve gemido en canon,
redención de insomnios,
motivo de poesía y permanencia,
retrato y canto.

En la salinidad de tus muslos,
el precipitar de mil naufragios
acumulando despedidas,
con la disyuntiva en las manos,
sin horarios de partida,
en la humedad de una madrugada,
en el fervor de las caricias,
en la profundidad de los párpados,
dos siluetas forman una sombra,
un espectro,
un despertar;
el abrir los ojos y la vida.  
 
IV
 
Una noche dentro de un sueño,
la salvación del instante,
evocación a  sombra de interminables pasados,
palabra oculta dentro de otro sueño,
sobresalto a media noche,
cuantificación de realidades concretadas en abrazos,
en la perfecta conjunción de dos cuerpos,
deseos materializados
en la salinidad de besos
que jamás fueron ofrecidos.
 
Aprendemos labio con labio,
jadeo por jadeo
y sexo consumado en cansancio,
el lenguaje más puro que tenemos,
la integridad de las emociones,
la pureza de saberte libre,
de recocerme en tí,
en iguales circunstancias,
rompiendo en un saludo la añoranza.
 
Descubrimos la ternura que equilibra
la lujuria en un susurro,
olvidando todos los mañanas,
a cambio de un instante en el presente,
reconociendo la suavidad de tu piel en la mía,
la redención de la consciencia y la certeza.

Entender en la vigilia
que la soledad es un estado
que contigo olvido.
cuando despierto,
para observar la forma en que dormitas;
y alterar con un suspiro
tu intimidad debajo del cansancio,
en la estética desnudez de tu risa con la mía, 
agitando constelaciones.
 
V
 
Quedar atrapado en lo inerme, entre en la muerte y el corazón,
en la pureza del absurdo que nos separa y vuelve a juntar,
sin títulos, sin posesión, en todos  los dolores que no me han pasado,
o por todos los que ya pasé.
 
Encuentro paz en la complicidad de un beso,
cuando la madrugada nos ofrece una oportunidad,
burlando al tiempo
con la premura de preservar un instante
como algo eterno.
cuando me observas frágil
te sé vulnerable encima de mí,
 
Hacer el amor,
es darle movimiento al universo,
romper esquemas,
quebrar al espacio-tiempo,
una danza que busca compañía en la brevedad,
ser infinito; despertar que se respira.  



Eduardo Arana Segura
Músico, compositor, maestro de guitarra. Nació un día cualquiera, en cualquier mes, de algún año. Inicia su andar musical a los doce años, y a dedicarse de lleno a la música a los 20 gracias al apoyo y las enseñanzas de Fernando Vigueras. Ya con 22, impartiendo clases de guitarra en la Casa de Cultura "José María Velasco", lugar donde sigue laborando, ha sido también maestro en el centro de la juventud arte y cultura Futurama,  ha tocado en diversos espacios de la República Mexicana, en el Zócalo capitalino, Explanadas delegacionales, casas de cultura, Instituciones Educativas, Museos, Galerías y Festivales, así como diversos cafés. Compuso la música para un cortometraje llamado "La lista", en cooperación con unos amigos de Chihuahua, Roberto Rangel y Yazmina Araiza; actualmente trabaja en un proyecto de guitarra que tiene como fin rendir un tributo a algunos escritores que han trascendido en su escasa y extraviada biblioteca, con un proyecto de cuentos, adaptados a la guitarra. En el año del 2002 inició su trabajo musical  enfocado a la literatura, con un compañero y amigo poeta, Cesar Guerrero, en la presentación de su libro “Apuntes del subsuelo”, de esa presentación, se generaron más contactos, y oportunidades para trabajar atmósferas enfocadas a la literatura, logrando trabajar con otros escritores, María Eugenia Rodríguez, Cristián, Javier Mardel, Esmeralda Loyden, Cristian Peña, Pablo Molinet,  Audomaro Ernesto y Ulisses Paniagua quienes lo han invitado a colaborar en su trabajo, ya sea en las presentaciones de sus libros, en recitales, o bien preparando el montaje de sus poemas.Junto a Luis Alanís y Ulises Paniagua, funda la Red “Pena Ajena”  y también con ellos desarrolla proyectos interdisciplinarios enfocados a la improvisación y el montaje de varios performance de mótivo literario-visual-sonoro.












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