jueves, 17 de noviembre de 2011

Oficio de letras Número 5

El número cinco de nuestra sección literaria, quisimos dedicarlo al trabajo de un excelente amigo y poeta, quien aunque oriundo de la ciudad de Fondi, Italia, puede considerarse un verdadero ciudadano del mundo. Editor y creador de la revista cultural Lo Spazio, este importante personaje nos brinda algunas lecciones de cómo el Arte se debe promover y difundir de una manera desinteresada y gratuita. La comunidad artística -parece decirnos con sus acciones- debe constituirse sobre las bases sólidas del reconocimiento de los otros y de su obra, como principio de libertad y armonía.

Como cierre a nuestro número, y en alusión al Día de Muertos, que recién se celebró en México, quisimos incluir un poema que tocara el tema de la Muerte. Para ello, recurrimos al que muchos consideran uno de los mejores -si no el mejor- poeta de la segunda mitad del siglo XX. Nos referimos al maestro Pablo Neruda, que deja como testimonio del tema un poema redondo y sensible, que vale la pena re-leer más de dos veces.

Esperamos que este número de la sección sea de su agrado. Conozcan la obra de estos dos interesantes poetas.


Luigi Muccitelli
(Italia, 1933)


La labor de un escritor muchas veces no lo exime de una profunda necesidad de compartir la literatura de otros. Luigi Muccitelli, escritor y poeta italiano, lo sabe y lo hace saber. Pintor y bardo, Luigi es un ejemplo en el ámbito de difundir, de manera disenteresada, la literatura de Latinoamérica.
     Hombre inquieto, en sus numerosos viajes por el mundo alimentó su cuore di un poeta (corazón de poeta), y el particular interés en conocer la cultura y la problemática de otros pueblos. Entre sus múltiples viajes a nuestro continente, Luigi logró extraer preciosas metáforas e imágenes con las que alimentó una visión terrenal y humana, que consigue estremecer las emociones del lector, al convertirlo a su vez en un viajero que desfila entre palabras y frases llenas de una sencillez magistral.
    Italiano de nacimiento, Luigi ha conseguido desentrañar la alegría y la tristeza que envuelven, en un mismo movimiento, al pueblo latinoamericano. Al escribir y publicar un gran número de poemas que abordan este tema, el autor se reconoce y nos reconoce en la inmensidad del devenir literario. Labores que se agradecen en un mundo viciado por los poemas grandilocuentes y las visiones conservadoras de un mundo sin pasión. Adentrémonos ahora, sin más preámbulo, a la poética de un viajero infatigable. Adentrémonos al corazón latino y palpitante de Luigi, poeta y editor.


ARMONIA DELLA  PIANURA  DEL  VENEZUELA
Luigi Muccitelli
(Versión al castellano: Luigi Muccitelli)
 "India Sabanera"
Luigi Muccitelli (óleo sobre cañamo 70X100 cm,1959) 


Alma di Pianura, la mia, la stessa
avvolta dall’antico silenzio
come un velario sopra la terra
per coprire lagune di sudore e sangue
e il canto dei contadini affamati
calpestati nei secoli tremendi
di magra e di guerre
che frantumavano solchi e speranze.

Finalmente la Festa, dopo la lunga preghiera
e l’esplosione del Joropo eccitante, uguale
alla Tarantella del mio paese italiano
che sfrena l’allegria della Libertà.


ARMONIA  LLANERA  DE  VENEZUELA

Alma Llanera, la mia, la misma
envolvida de antiguo silencio
como un velario sobre la tierra
para cubrir lagunillas de sudor y sangre
y el canto de campesinos hambrientos
aplastados por siglos tremendos
de escasez y guerras
que despedazaban surcos y esperanzas.

Finalmente la Fiesta, después de larga reza
y el estallar del Joropo excitante, igual
a la Tarantella de mi pueblo italiano
que desenfrena la alegria de Libertad.

VENEZUELA

Luigi Muccitelli
(Versión al castellano: Luigi Muccitelli)

Quanti viaggi meravigliosi
per le tue vie appiccicose di catrame
che ha coperto la tua terra bagnata di sangue
Dei contadini che gridarono Libertà!
Lungo la tua Pianura mi furono compagne
sette vacche magre e per le rive dell’Orinoco
caimani che andavano errando.
Tra i Picchi Andini un condor volava
sicuro di ghermire la desiderata preda.
Nel silenzio di tomba antichi fantasmi
si agitavano in danze primordiali.
Eppure una musica inspiegabile scuoteva
il mio cuore pieno d’armonia.



VENEZUELA

¡Cuántos viajes maravillosos
por tus carreteras pegagosas de alquitrán
que ha cubierto tu tierra mojada de sangre
de campesinos que gritaron Libertad!
Largo tu Llano me fueron compañeras
siete vacas flacas y por las ribeiras del Orinoco
caimanes que se iban errando.
Entre los Picos Andinos un condor volaba
seguro de agarrar la deseada presa.
En el silencio de tumba antiguos fantasmas
se agitaban en danzas primordiales.
y todavia una música inexplicable sacudía
mi corazón lleno de armonía.


ANIMA  AFFETTATA 
Luigi Muccitelli
(Versión al castellano: Luigi Muccitelli)

Luglio del 1962.Lo stesso mese d’anni già lontani
e la nave s’allontanava dal molo.
La Guaira si coronava di lucenti casupole
sporgenti su mucchi di fango nascosto
nelle verdi valli di montagne
dove il variopinto aleggiare delle farfalle
accecava i miei occhi già lacrimosi…
Forse, era il liquidare dei miei sogni
che tuttavia sopravvivevano alla mia amarezza
alla sadica sorte compagna
che mai allentava il suo morso
e riusciva a sfilacciare i miei pensieri…
Quel luglio tropicale mi affettava l’anima
come quello molto piú lontano che gelò
l’ultimo sguardo di mia madre
chi si portò la mia immagine bambina,
forse per custodirla nel suo scrigno
di tesori che qualche giorrno potessero
risplendere nel suo giardino celeste.
E la nave s’allontanava dalla selvaggia terra
ricamando di bianco l’azzurro mare delle Antille
fino al porto di Barbados dove mille statue
di nero ebano compravano i mercanti
per adornare cucine e giardini d’Europa.

Alfine il viaggio terminava, nello stesso luogo
dove i sogni finiscono nei mattini
di giorrni oscurati alla luce della speranza.


ALMA  CORTADA

Julio de 1962. El mismo mes de años ya lejanos
y el barco se alejaba desde el muelle.
La Guaira se coronaba de lucientes ranchitos
asomados sobre masas de lodo escondido
en los verdes valles de montañas
donde el colorado aleteo de mariposas
cegaba mis ojos ya lagrimosos…
Quizás, era el liquidar de mis sueños
que todavia sobrevivían a mi amargura
a la sádica suerte compañera
que nunca aflojaba su mordido
y lograba despedazar mis pensamientos…
Ese julio tropical me cortaba el alma
como aquel muy más lejano que hieló
la última mirada de mi madrecita
quien se llevó mi imágen muchacha,
quizás para ampararla en su cofrecito
de tesoros que algun dia pudieran
relucir en su jardin celeste.
Y se alejaba el barco de la salvaje tierra
bordando de blanco el mar azul de Antillas
hasta el puerto de Barbados donde mil estatuas
de negro ébano se compraban los mercantes
para adornar cocinas y jardines de Europa.

Al fin el viaje acababa, en el mismo sitio
donde los sueños se acaban en amaneceres
de días obscurados a la luz de esperanza.

Luigi Muccitelli
Nacido en 1933 en Fondi, Italia, Luigi es hijo de una familia de obreros-emigrantes del mundo, incluídos sus directos descendientes ( 2 hijos y 5 nietos). Después de la Segunda Guerra Mundial, a los doce años de edad,  ejerció el extraño oficio de   contrabandista  de cigarrillos americanos, para sobrevivir la dificil época  de las postguerra. Estudiante de agricultura hasta el año de 1948, obrero electricista hasta los veinte años,no pudo proseguir sus estudios. Se alistó en  la Marina Militar Italiana,  emigrando  hacia  Venezuela,  donde residió desde 1957 al 1962. En esa época  se vio involucrado en  la  Revolución Civico-Militar de 1958, donde conoció de cerca a Fidel Castro y al Che Guevara. De aquella experiencia escribió un romance-documento “Caracas hora cero”, que se publicaría un año más tarde. Pasado el movimiento, se desempeñó en los más variados oficios: importador de víveres y licores en  Caracas, agente de seguros y vendedor de autos  en Barquisimeto,  vendedor de muebles. Al mismo tiempo se inscribió al Instituto de Artes Plásticas, situado en el ex edificio de  la “Seguridad Nacional”, donde pudo satisfacer su fuerte vocación para el Arte.  Se dedicó también  al periodismo.  En su vuelta a Italia, en 1962, hizo  algunas tentativas vanas para insertarse  en la vida productiva, pero después de una nueva y pequeña estancia en Alemania, decidió regresar a su ciudad natal,  para reforzar sus raíces, y  dedicarse a  actividades literarias y de promoción cultural. Oficio que ejerce de manera impotante.
Reconocimientos:
1967 *  Gana  en Florencia el Premio Literario “Il Machiavelli” para el romance “Una estrella en el obscuro”
1969 funda la Galeria de  Arte “Giulia Gonzaga” y  el  Premio de Pintura  y Grafica “Ciudad de  Fondi”, desempolvando   la   figura  Renacimental  de  la Condesa  de Fondi, titulándole  también  un Premio Literario y una Asociación Musical.
1970 *  Pública su primera y única colección titulada“Extrañas Estaciones Amigas”en una editorial de Roma, y funda la revista Lo  Spazio, de arte  y  literatura, promoviendo  la actividad  periodistica, artistica,  y musical con  relaciones en  Europa  y muchos países del mundo.
Ha participado a importantes  manifestaciones  artisticas, literarias  y de  periodismo, recibiendo  muchos premios de méritos en  Roma, Milan, Bergamo,Venecia, Pisa; Suiza, Argentina y Australia. Sus obras de pintura y sus poesias  estan  incluídas  en calificadas publicaciones  desde  los  primeros años de 1960. 




Pablo Neruda
(1904- 1973)


Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, Pablo Neruda, (12 de julio de 1904 - 23 de septiembre de 1973), fue un poeta y militante comunista chileno, considerado entre los mejores y más influyentes artistas de su siglo, siendo llamado por el novelista Gabriel García Márquez  «el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma». También fue un destacado activista político, siendo senador de la República, integrante del Comité Central del Partido Comunista y precandidato a la presidencia de su país. Entre sus múltiples reconocimientos destacan el Premio Nobel de Literatura, otorgado en 1971, y un Doctorado Honoris Causa, concedido por la Universidad de Oxford. En palabras del crítico literario Harold Bloom, «ningún poeta del hemisferio occidental de nuestro siglo admite comparación con él», considerándolo uno de los veintiséis autores centrales del canon de la literatura occidental de todos los tiempos. En Oficio de Letras, aprovechando que recién se ha celebrado en México el día de Muertos, quisimos ofrecer un pequeño homenaje al importante personaje que siempre marcha a un costado de nuestros pasos: La muerte. ¿Y quién mejor que un poeta de la talla de Neruda, para nacer palabras sobre la redentora de entuertos, la democrática y discreta Muerte, que nos acompaña, en un sarcasmo indescifrable, a lo largo de la vida? Disfruten del poema.


Sólo la Muerte
Pablo Neruda


Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel del alma.

Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido de perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.

Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado como un árbol.

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra,
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos;
la muerte está en la escoba,
en la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.

La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.










jueves, 4 de agosto de 2011

Número 4 en Oficio de Letras: Paolo Astorga, Rodrigo de Sahagún y Ulises Paniagua.

En su número 4, la revista electrónica Juguete Barroco presenta una voz profunda y precisa, proveniente de la poética de Lima, Perú:

Paolo Astorga -poeta y editor sudamericano, que tiene en su haber la dirección de varios proyectos, entre ellos las revistas Remolinos y Delirium Tremens- nos entrega cuatro poemas de su autoría, que nos ayudan a comprender su propuesta, y a compartir sus emociones.

También incluimos un cuento, de evidente humor negro, contado a la manera particular y casi inocente de Rodrigo de Sahagún, excelente escritor de nacionalidad mexicana. Una historia breve, pero contundente, con un final inesperado.

Para concluir con las colaboraciones de este número, el poeta y escritor Ulises Paniagua, comparte un poema, a la manera que un naúfrago arroja una botella al mar, con la intención de que alguien, en algún punto lejano, pueda leerlo, cualquier día, en cualquier momento. Esperamos que el número cuatro de Juguete Barroco sea disfrutable.
 
 
POÉTICA DESDE LIMA
Paolo Astorga
 
 
  Purificada gloria erigida sobre el inevitable caos,  ya todo es lo nombrado, turba difusa, esqueleto poseído, 
no importa qué hojarasca disuelva sus ensueños 
corruptos pianos escupen moribundos rayos de sol, 
pájaros que son orillas donde encalla un corazón desmantelado,  
cerebro diurno, aún no te revelas a la piel que acaricias, 
la metrópoli que brilla aborreciendo profecías, 
ya nunca en una calle en lo alto de las nubes, 
el verdugo que afila su cuchillo con el tiempo 
no sabe qué terrible es incendiarse sin que nadie te mire, 
el destino ha apartado sus letargos de mi tierra empobrecida 
simulo llanto, óyelo, una desdicha encarcelada a medianoche, 
estrellas esmaltadas de ciegos patios inconclusos 
en la ruina, allí, allí, 
cielos vencidos que solo atraen rumores  
de sangre ajena entre las manos, 
iracundas sombras a lo lejos  
fundiendo la luz inútil de pasos, 
ignorada mujer  
desperdiciando su vespertina madrugada  
en una sepultura inevitable 
del destierro en lo profundo de los ojos. 

(De: Detrás de las ventanas, 2011)




SENTADO EN UNA PIEDRA DE LA CALLE LOS CIPRESES

Antes ya habías abierto aquí un pecho, el desearte fue tremendo
La luna increpaba su desprecio,
La misma ruptura entre la deformada primavera
Y esta soledad que derretía las sombras; sólo me acuerdo de ti,
Me duele estar de pie y cantar mis versos tratando de vestirte de fuego,
Mi oscura retina que avanzaba en su condena
Mientras tú seguías inventando un parque
Una vigilia de estrellas heredadas del silencio
Un nombre
Que ya no explicaba nada sobre esta absurda vereda
Que calcina una mirada imperceptible
Una vieja máscara que el viento arrastra
Y brilla mi gloria, brillan mis señales
La tristeza de esperarte todas las noches siempre desnuda y sin espejos
Mientras te detenías en mi pecho
Y todo era por fin un recuerdo
Una frontera que jamás terminaba de aventarnos al invierno
Para despertar sobre una piedra
Y oscurecer allí otro rostro negado por los árboles. 



                              EL RETORNO

"he vuelto por una tarde al pueblo y mi fervor del regreso se cae a pedazos."
    Cristian Cruz

Fueron tus lágrimas duplicando la antigua tristeza de esta urbe,
de estos hombres piratas obligados a vaciar sus pupilas a un vaso
y beberse a sí mismos, como un trago de veneno.
Tus lágrimas que caían al piso e incineraban las huellas puestas
sobre el rencor de tus lamentos.
Tu llanto desgarrando las paredes donde buscabas tu silueta,
tu rostro aún intacto.
Nunca supiste hacia donde quedaba el horizonte.
Volviste de tu propio laberinto y entonces nos miraste contra la luz
y solos, sin pronunciar una palabra,
vimos un puñado de arena, un reflejo,
un tétrico reflejo, tentando un espejo agrietado
acariciando tu rostro. Sólo eso,
sólo tu tristeza volviéndose inocente.

VII 

Somos presas del hartazgo. Solo un cuerpo, solo una amarilla honestidad, un traje blanco de efebos caracoles arrastrando pólvora de cinturas en movimiento hacia el pedregal de voces que ya no son las mismas después de la ideología. Todos dicen que la última flama yace sobre el cielo, que la vida vale más que las palabras pronunciadas sobre el espanto de dormir con la niebla desangrando el alma. Escuchen al sol y vayan todos a ahogarse en ese río que deforma la divinidad de las rosas asqueadas del amor alimentado de polillas y petróleo de cristal sin bisagra tierna. No tengo una canción verde, no hay máscaras plagiadas, no tengo escritura en la polvareda del caos. Todos dicen que la realidad es un vestido marrón humedecido por el turbulento vaivén de brazos ambiguos. Sin embargo detrás de las paredes derruidas por el tiempo, se atraviesa a veces inoportuno, algún reino de ternura aún sin profanar.

Paolo Astorga (Lima-Perú, 1987)
Es estudiante de Educación en la especialidad de Literatura y Lengua Española de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle – “La Cantuta”. Es miembro fundador del grupo literario cantuteño “Letra en Llamas”. Fue Director y editor de la revista digital de creación literaria Remolinos (44 números publicados). Ha publicado los libros de poesía: Anatomía de un vacío, Sin llegar a lo invisible y De Lima a Chosica, y últimamente el poemario Detrás de las ventanas (Toro de Trapo Editores, 2011), así como innumerables plaquetas. Ha editado vía web la I antología digital de poesía “La Voz del Mundo” (2006) y la II Antología digital de poesía “Una voz en el abismo” (2007) las cuales reúnen en su conjunto a más de 50 poetas de diferentes lugares del planeta. Ha sido publicado en las antologías: Reflejos del Alma (Lima-Perú, 2005), Poetas Solidarios (Almería-España, 2007) y en Perú S. XXI. 60 poetas contemporáneos (Fundación Yacana, Lima-Perú, 2007), en la Primera Antología de Poesía “Catástasis 2008”, en Tránsito de fuego (Selección de jóvenes poetas latinoamericanos, edición bilingüe Español-Portugués, Caracas, 2009), Letra en llamas: Mitomanías (Ediciones Letra en llamas, 2010) y en el Dossier de poesía Cuervo Iluminado (Pájaros en los cables editores, 2010). Fue editor de la Editorial Electrónica Remolinos, la cual publicó más de 30 libros digitales de descarga gratuita a través de  Internet. En el 2006 y 2007 fue Finalista del II y III Premio Internacional de Poesía “Desiderio Macías Silva” y ganador del segundo lugar del III Concurso Internacional “Revista Hybrido” Modalidad Poesía. Dirige junto al poeta César Pineda Voz Efímera, y la Revista Electrónica Delirium Tremens (http://revistadeliriumtremens.blogspot.com/)
Contacto electrónico: artesinlucro@gmail.com)







Deseo
Rodrigo De Sahagún

Hoy es mi cumpleaños, cumplo trece años. Bueno, es que la verdad desde que ya no estoy en casa no sé bien a bien si son trece o catorce años. A veces se me borra la memoria. Lo que sí recuerdo es que mamá y papá en cada cumpleaños me dejaban diferentes papelitos pegados en las paredes y puertas de la casa para que yo hallara mi regalo, a manera de pistas. Era muy divertido encontrar una nota en la puerta que decía: “Tu regalo está en la alacena”. Yo iba, abría la alacena y ahí otro recado: “El regalo cambió de lugar, creemos que está debajo de tu cama”. Subía de nuevo a mi cuarto y debajo de mi cama estaba otro papel y así sucesivamente hasta que lo encontraba. Yo sabía que ellos los ponían en la noche, sólo esperaban a que mi hermano y yo durmiéramos para hacerlo. El día que cumplí once años supe cómo mi papá entró a mi cuarto y ponía una pista en la cabecera de mi cama sin que se diera cuenta que lo veía.
Extraño mucho a mi hermanito. Desde que ya no estoy aquí en casa, él llora a cada rato porque también me extraña. A veces lo veo desde el árbol en el que me caí por última vez.
Pero ahora estoy de vuelta en casa, gracias a que anoche mi hermanito pidió un deseo a la estrella del oriente, tal y como mamá nos decía que, cuando deseáramos algo con todas nuestras fuerzas, la estrellita nos lo cumpliría.
Tengo muchas ganas de volver a abrazarlos y decirles que los quiero mucho y los extrañé. Sólo espero a que despierten. Pero me preocupa que ya no me quieran abrazar y se asusten cuando me vean carcomido, lleno de gusanitos y con el cuello doblado.

Rodrigo de Sahagún.
Nació en la Ciudad de México en 1978. Estudió la licenciatura de Letras Modernas Italianas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.  Tallerista y alumno del Mtro. Guillermo Samperio; secretario técnico de la Fundación Cultural Samperio, A.C.
Asimismo, también ha sido colaborador para Noti-Neta, periódico virtual dirigido a jóvenes (2008-2009). En la actualidad escribe en su propio blog intitulado lacolumnaoblicua.blogspot.com y ha colaborado para la revista El Blasón Zamorano de Zamora, Michoacán. Además ha aparecido en revistas electrónicas como Pop Zoo y en páginas de internet como Celestinocomix. Este año fue seleccionado por parte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en México, auspiciada por Unesco y Unicef, para impartir Círculos de Expresión Literaria en escuelas públicas (Conalep y Cetis), como parte de un programa que tiene el fin de acercar a la juventud a la literatura y a la lectura, llamado “ImaginaT”.





   Siete Zarpas
Ulises Paniagua
                                                                       ¿Mi obra? ¿Mi alma principal? ¿Mi vida?
                                                                                                Apenas un pedazo.
                                                                            Fernando Pessoa

Todos llevamos, sobre las arrugas del corazón,
el rudo sabor a sal de una playa lejana;
el gusto intrépido de alguna novela inolvidable;
la tonada estúpida de una canción que ha alimentado
nuestros sueños más ingenuos.

Y hemos arrastrado, de vez en vez,
 un lastre espantoso de mentiras;
-o en cambio-
el despertar del amor;
el racimo interminable de besos serenos.

Yo, por ejemplo, conservo en el pecho
las huellas profundas de siete zarpas, dolorosas,
que me han legado remiendos de alma.
Ni tengo tigres en casa,
ni dinosaurios que despierten conmigo;
(aunque sí un minotauro aburrido que
contempla oscuridad desde un espejo remoto)

Guardo en memorias fragmentadas
las casas con las que vestí mi infancia;
sombras discretas que, de vez en cuando,
han derivado en espantosos cánceres
(en días lluviosos,
los recuerdos me han legado desconfianza
hacia cualquier tina de baño).

Ante la permanencia voy con cuidado;
ante la muerte tengo miedo.
Sobre el mundo, el asombro lo ha abarcado todo;
he procurado muchas veces ser adolescente y ser niño;
otras tantas he jugado al hampón siniestro.

Soy yo mismo y tantas, repetidas veces, otros.
Como cada uno, como cada rostro que confluye conmigo.
Rostros cercanos, íntimos,
de los que hemos recorrido el mismo camino;
anhelando un beso de madre, un guiño lascivo.
Hemos sido tan iguales y distintos…

La única distinción, al final de la jornada,
ha sido apenas el número velado de zarpas;
la profundidad de su legado;
el nombre de las bestias personales,
el color del llanto; y uno o dos nombres terribles
que es mejor evitar a nuestro paso.

Ulises Paniagua

Narrador, poeta, videoasta y dramaturgo. Se  graduó como arquitecto en el Instituto Politécnico Nacional. Ha publicado, en colectivo, cuatro libros de cuento (Cuentos dispersos, Nuevo cuentario, El silencio se mudó al armario y Cuentos húmedos), todos ellos bajo el sello editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México. También publicó, en 2009, el poemario De amor y otras miserias, bajo el sello editorial Fridaura; y el libro de cuentos Patibulario, en el 2011, con la editorial Mutibilda. Su obra ha sido divulgada en diversas revistas y diarios nacionales e internacionales. En el 2007 recibió una mención honorífica en el Concurso Nacional de Cuento Criaturas de la Noche, del Instituto Coahuilense de Cultura. En el 2008, fue incluido en la antología de Poesía Latinoamericana Giulia Gonzaga,de la revista Lo Spazio (Italia) Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, al alemán y al italiano.Contacto electrónico:  sesilu7@yahoo.com.mx





sábado, 2 de julio de 2011

Javier Sicilia, Carlos Esquivel y Raúl Sosa, en Juguete Barroco


Una postal, apenas, de Javier Sicilia

Si bien Javier Sicilia ha sido tema de actualidad, por la efervescente actividad política y de incon-
formidad que se ha generado en torno a su persona; si bien los reflectores se hallan ahora dando
seguimiento al caso abierto sobre la muerte de su hijo, ocurrida de manera reciente; en Juguete
Barroco, en cambio, hemos decidido abordar su persona desde una perspectiva literaria, ajena a
tal entorno, hasta donde esto pueda ser posible. 

Javier Sicilia es, sin duda, uno de los mejores poetas de México de las últimas décadas. Su lenguaje
directo, la implacable sinceridad de sus emociones; los recursos de la repetición que se internan
en los umbrales reflexivos y del desconcierto; hacen de este escritor mexicano un referente de
las letras modernas de nuestro país. En Juguete Barroco, es un honor publicar uno de sus
poemas, para muestra del talento del Maestro Sicilia. La consigna de esta publicación es
demostrar que, ajena a la labor social que este escritor realiza, de proporciones invaluables;
el poeta debe juzgarse, en principio, por la propia obra. Disfruten el poema del infatigable Sicilia.


El sobreviviente

Javier Sicilia

Toda ausencia es atroz
y, sin embargo, habita como un hueco que viene de los muertos,
de las blancas raíces del pasado.
¿Hacia dónde volverse?;
¿hacia Dios, el ausente del mundo de los hombres?;
¿hacia ellos, que lo han interpretado hasta vaciarlo?
¿Hacia dónde volverse que no revele el hueco,
el vacío insondable de la ausencia?
Hacia ellos, los muertos, que guardan la memoria
y saben que no estamos contentos en un mundo interpretado.

Mas las sombras, las sombras que la interpretación provoca
y nos separa de ellos,
las sombras con su viento todo lleno de la abierta ventana hacia el espacio,
las sombras donde no hay anunciación
trabajan nuestro hueco.
¿Será que ya no hay nada atrás de ellas,
o el oscuro dolor por nuestros muertos
–como el amanecer que empieza a medianoche,
a la hora más oscura de la noche–
anuncia su retorno en el sigilo?
¿No es tiempo de encontrarlos nuevamente
donde nada parece retenerlos,
así el roshi descubre el todo en el vacío que no contiene nada?

Tal vez sí, porque sus voces vienen de lo oscuro,
de su vacío vienen
como un rumor de río en un riachuelo,
como un dulce reclamo imperceptible,
como una tenue estrella entre las sombras
vienen sus voces, vienen desde lejos.

Óyelas, corazón, como sólo los monjes sabían escucharlas
atendiendo en el rezo su incesante llamado
con los pies en la tierra.
Así los escuchaban,
escuchando el arriba y el abajo,
preservando en sus tumbas el suelo que habitaron con nosotros.

No es así que tú puedes escucharlos en el espacio en sombras
de un mundo interpretado.

Pero escucha la queja de lo Abierto,
el mensaje incesante, esa advertencia que viene desde lejos,
ese rumor tan suave que casi nadie escucha
y llega a ti de todas las iglesias,
como si en esas piedras, que guardan la memoria de los muertos,
habitara la llama de su estar con nosotros,
de su sola presencia en la resurrección
y descorriera un poco nuestras sombras.
Porque es difícil vivir en un mundo sin ellos,
difícil no sentir a nuestros muertos alimentando las obras de los hombres;
difícil no seguir sus costumbres, que apenas conocimos;
difícil habitar en las sombras
como un alucinado que repentinamente recobra la memoria
para luego volver a su intemperie;
difícil ver aquello que los hacía nuestros flotar en el espacio y diluirse.
Estar vivo es penoso,
y nosotros, nosotros, que los necesitamos con sus graves secretos,
nosotros, que sabemos que no podrán volver a un mundo interpretado,
a veces escuchamos, como un ligero viento, ascender de las sombras
la música primera
que forzando la nada trajo a Eurídice al mundo;
una nota tan tenue, tan pura como el Cirio
que promete su vuelta en medio de las sombras
y nos trae el consuelo.


Las Marsellesas de Carlos Esquivel

La Poesía de Carlos Esquivel Guerra (poeta cubano originario de las Tunas, una provincia
cercana la ciudad de Santiago),  se caracteriza por un eclecticismo refinado y posmoderno.
Autor de más de una decena de libros, el lenguaje de Carlos Esquivel es capaz de proponer un
viaje extenso; desde la sutileza y el erotismo, que de manera suave deslizan sus letras sobre el
papel, a la manera de las mejores tradiciones francesas; hasta la emoción directa, incluso
coloquial, que la acerca más a un estilo posmoderno. Esquivel ha leído autores de todas las
latitudes y de todas las nacionalidades (rusos, checoslovacos, cubanos, mexicanos, colom-
bianos); y, en torno a dichas lecturas, ha aprendido a construir una voz propia, que, desde
hace ya muchos años, empieza a tener eco en las mismas latitudes que le han influido. Una
voz de sumo interés, una voz culta, que no se regodea en un preciosismo inútil. Una voz
cultivada que, de manera directa, nos recuerda el deber de la poética contemporánea:
trabajar con la tradición y las vanguardias, para construir un lenguaje  lleno de metáforas
deliciosas, literarias; que no olvida nunca la función lúdica de su propia esencia. Carlos 
Esquivel es un poeta que recomendamos seguir muy de cerca. Para muestra, basten estos
dos botones:

Las Marsellesas

Colette espera a sus amantes en la calle Soufflot. Sólo bebe agua con ellas, se deja hacer el
amor, o lo hace, y después lee a Yvonne de Bremond. Yvonne canturrea y bebe en algún
recoveco de Saint Anne: vino gratis que le pagan las Femmes damnées, imitadoras de coristas.
Luego va a casa, se masturba, y lee a Colette. Colette sueña con Yvonne. Yvonne sueña con
Colette. Pero han querido apuñalarse algunas veces, intercambian poemas airados, y en las
cartas a otras amigas pronuncian con suplicio o consternación el nombre de la otra. Sin
embargo, Colette hace el amor, o le hacen el amor, y después lee a Yvonne, e Yvonne se
masturba y más tarde lee a Colette.
Una cena con la mujer del filisteo


Murallas sobre el lago rústico de Jerusalén,
allí David apacienta las vacas de los amoritas,
allí cocinas el roasbeef del hambre,
unos setos,
la espiga del pez fresco, la aceituna de Astarté,
todo es en la brasa: aliméntame.
Allí soy llamado, así testifico y crezco,
con picotear sobre las tumbas
la forma de un ángel:
los que no tienen cuerpo,
los que no te soñaron.
Allí David dispara contra filisteos,
allí cocinas la col lombarda,
el alcuzcuz de cebada casi pareado
por la que está sola, a orillas de ti,
la que fermenta y te reconoce
en la piel de ostra,
en la sopa en salmuera:
aliméntame.
Sin que cambiemos un gramo de la Historia,
sin que los filisteos dejen de ser los filisteos,
sin que David deje de ser David.

(Del libro Tríptico del desierto, 2009.)

CARLOS A. ESQUIVEL GUERRA
(Elia, Las Tunas, Cuba, 1967). Miembro de la UNEAC (Unión Nacional de Artistas y Escritores de
Cuba) En el año 2005 obtuvo el premio Iberoamericano de la Décima “Cucalambé”. En el 2006 logró
el premio Jara Carrillo (Poesía, España) y fue finalista del Desiderio Macías Silva (México) y el Casa de
las Américas (Cuba). Ha sido premiado además por La Gaceta de Cuba, el José María Heredia, Hermanos
Loynaz, Periódico Trabajadores, Oriente, Manuel Cofiño, y Regino E. Boti, entre otros. Textos suyos
aparecen en revistas de varios países iberoamericanos, y en antologías realizadas en Canadá, España, Italia,
México, Estados Unidos, Argentina, Puerto Rico, Australia y Cuba. Es autor de los libros: Perros
Ladrándole a Dios (poesía, Premio a la mejor Ópera Prima del año en el país), Fuera del círculo
(poesía, 2002), Balada de los Perros oscuros (poesía, 2001),Tren de Oriente (México, poesía,
2001), Los animales del cuerpo (cuento, 2001), Los epigramas malditos (poesía, 2001), Una ventana
al cielo (cuento, 2002), La Isla imposible y otras mujeres (cuento, 2002), El boulevard de los
Capuchinos (poesía, 2003), entre otros muchos más.
Contacto: colombia@tunet.cult.cu, perrodeisla@yahoo.com



El desasosiego de Raúl Sosa
´
Infatigable, inquieto y curioso, Raúl Sosa, un verdadero Uru-mex (como gustan de llamar hoy
día a los artistas nacidos en Uruguay, que radican desde hace años en nuestro país), se ha
internado en diferentes disciplinas artísticas, a manera de exploración y autoconocimiento.
De esta forma, ha ahondado en los terrenos de la Escultura y la Literatura. En el terreno
escultórico, ha conseguido trabajar la cerámica de una forma magistral, dotándola del encanto
poético que imprime,utilizando textos, sobre su obra.

Sosa es admirador profundo de las letras portuguesas y del Brasil. Así, se ha declarado un
adicto pessoano, y es un admirador ferviente de poetas como Mario Quintana y Carlos Drummond
de Andrade; así como de poetisas y escritoras de inmensa labor intelectual, como Cecilia
Meireles, Clarice Lispector, e Idea Vilariño, entre otros muchos nombres. Siendo tan cercano
a los autores citados, ha aprendido el idioma portugués y lo maneja de manera profesional. A
sus múltiples inquietudes, podemos agregar el oficio de traductor.

Y como seguir hablando de Raúl sería perseguirlo en su actividad desenfrenada y
creativa, hemos decidido sólo publicar tres de sus textos; el primero de ellos, una traducción
de la prosa de Clarice Lispector, en voz de Sosa; los dos últimos, poemas de su propia
autoría. Vayamos entonces hacia el desasosiego absoluto de Raúl Sosa.




Un hombre público                              


Clarice Lispector


¿Hasta que punto habrá sido comprensible para él mismo su propio acto? Apenas puedo imaginarme su desaparición solitaria. Cuando un acto irracional provoca un monstruoso eco, el hombre se siente probablemente casi inocente frente a lo que su grito provocó. De vibración en vibración,  al inicio de la avalancha. En verdad ni él mismo sabe, tal vez nunca sepa, porque ya se ahogó bajo los pretextos.  Él fue “personal”, lo que es criminal en un hombre público. El sacrificio de un líder, de un santo o de un artista, (quienes llegaron a eso que son, exactamente por haber sido personales), es el de no serlo más. La cruz de un hombre es olvidarse de su propio dolor. Y es en ese olvidarse, que sucede entonces el hecho más esencialmente humano, ese que hace de un hombre la humanidad: el dolor propio adquiere una vastedad en que todos los otros caben y donde se abrigan , son comprendidos, por lo que hay de amor en la renuncia del dolor propio, los casi muertos se levantan. El verdadero sentido de Cristo sería la  imitación de Cristo. El propio Cristo fue la imitación de Cristo.
    Brasil entero podría haber subido a través del sufrimiento de ese hombre, a través de lo que él en si mismo sabía sobre el miedo, sobre la ambición, y sobre la propia tendencia al desatino. Así como el trascender las ganas de matar, está en el, hecho de conocer ese abismo,   e impedir que los otros maten. Pero  ese hombre público se restringió a si mismo. De la grandeza de  los defectos humanos, él hizo defectos pequeños. Criminal por pequeñez. Era un hombre para ser ayudado, no que pudiera ayudar.

(Versión de Raúl Sosa)


Vuela                                                                                                 

Nace como del aire                                                                          
               Densidad le da al aire
           Con su vuelo
           Profundidad de campo
              Piensa quien quiere                                                  
                   En foto congelar ese aliento.
                     No habrá enfoque eficaz
                        Ni disparo certero
                              Que pueda detenerlo.
                                 Milagro sutil y sistemático
                                   Tenaz evanescencia.

                                       Ligera lanzadera                                                     
                                        Que se teje y desteje
                                           Destiñéndose en el difuso añil
                                             Del cielo.
                                               Suave impulso de pluma
                                             Que se mece,
                                           Se pierde tras la nube,
                                        Se desvanece.
                                     Se pierde sin encontrarse.
                                   Ignorado destino lo convoca.
                                   En apariencia libre
                                 Condenada a volar
                                   Su existencia
                                    Como a la mente humana
                                      Lo definen sus alas
                                         Teniendo al infinito
                                           Como marco
                                             Si acaso se posa en esa rama, (efímero momento)
                                            De inquietud luce herido
                                          Ni el doble apoyo
                                         Ni la humilde sombra que recibe
                                        Llega  a mitigar su estado:
                                       ¿Desasosiego?
                                         Desasosiego eterno.


En la azotea de Alcides
En lo alto y tocando raíces. Respirando gratos aires marinos, que vienen del río ancho como mar.
Constato la alegría de desconectar y disfrutar.
La importancia de compartir.
El lugar: esa azotea y la tentación una vez más de pertenecer.
Esos otros soy yo mismo también.
Podría llegar a serlo.
Podría llegar si me animara.
De hecho lo estoy siendo en este exacto momento en que el cometa no pasa y lo esperamos. Y todos miramos al cielo, expectantes, anhelantes, como si realmente creyéramos acaso que ese esperado paso fugaz del celestial cuerpo, fuera a modificar nuestra existencia. Pero el cometa no llega.
Quién sabe como miren los otros al cielo.
Yo sé que lo miro como propio y ajeno.
Igual que a éste suelo chatito.
El cielo es el mismo claro, y es otro.
Es diáfano y limpio, aunque sea de noche.
Avanzada noche.
Pasan nubes ligeras. Se mimetizan en trazos.
Se deshacen al paso de la brisa.
Dibujo de la  nube, como graffiti efímero.
Así nuestra espera es un  pretexto más para estar. Acaba deshaciéndose la nube por el viento, nuestra espera por el sueño. Olvidamos la espera cuando vemos que el tal cometa no llega.
Nos deja allí algo inermes, preparados para su arribo, pero ya sin esperanzas.
Tal vez más unidos que antes, tan bobamente humanos, tan tiernamente solidarios.
Y en definitiva algo menos solitarios.

Montevideo Uruguay

Contacto con Raúl Sosa: